martes, 3 de diciembre de 2013

EL CASARSE PRONTO Y MAL

El siguiente fragmento que vamos a analizar será de El casarse pronto y mal de Larra. Este artículo fue publicado el 30 de noviembre de 1832 en El pobrecito hablador; revista satírica de costumbres. Larra nos plantea un debate interesante desde un punto de vista amoroso. Estamos ante una narración en la que se nos cuenta un acontecimiento trágico que tiene como protagonista a Augusto, sobrino del narrador. Del siguiente fragmento podemos deducir varios apuntes que son de trascendencia teniendo en cuenta la época en la que nos encontramos.

El artículo podría dividirse en tres partes: un prólogo, el desarrollo del artículo y una conclusión. En el prólogo nos introduce la situación, a su sobrino y la educación que había recibido y hace una crítica de ésta. En el desarrollo Larra trata más ampliamente la educación de los jóvenes, al que da pie el casamiento de su sobrino. Finalmente, aparece el epílogo en el cual recapitula todo lo que anteriormente ha expuesto y lo finaliza con la tragedia.

En primer lugar, centrándonos en la trama amorosa, podemos decir que el amor que Augusto siente hacia la joven Elena nunca llega a culminarse. El primer impedimento del que tenemos constancia es el dinero:

mi hija será de usted en cuanto me traiga una prueba de que puede mantenerla”

Volvemos a una de las imágenes más recurrentes a lo largo de nuestra literatura en lo que se refiere a la situación de la mujer. Estamos ante el ideal de una mujer sumisa, que depende única y exclusivamente del hombre. Esta ruptura que se plantea en el artículo de Larra, también la tenemos presentes en uno de los primeros relatos rupturistas con esta tradición. Moratín ya intenta dar un vuelco a la situación de la mujer y a ese carácter de mujer sumisa con El sí de las niñas. En dicha obra, Moratín plantea algo completamente diferente y nuevo. Con esto comienza el inicio de la liberación de la mujer.

Otro de los grandes asuntos que podemos destacar en la obra es el tema de la educación. Larra nos ofrece una doble visión de la educación. Por un lado estamos ante una educación conservadora sostenida por valores inamovibles como el respeto y la religiosidad y basada en cierta forma en la opresión y la rutina, cumpliendo todo aquello que se nos propone sin derecho a reclamar; y por otro lado una educación mucho más liberal y progresista, que se observa bastante bien en el siguiente fragmento:

Leyó, hacinó, confundió; fue superficial, vano, presumido, orgulloso, terco, y no dejó de tomarse más rienda de la que se le había dado”

Volviendo al tema que realmente nos incumbe, podemos observar cómo los protagonistas de este relato salen adelante gracias a la ayuda de uno de sus amigos:

un amigo prestó a mi sobrino algún dinero, uniéronse con el lazo conyugal, estableciéronse en su casa, y nunca hubo felicidad igual a la que aquellos buenos hijos disfrutaron mientras duraron los pesos duros del amigo”

Ambos personajes creen que con solo su amor podrán sobrevivir, pero con el tiempo se dan cuenta de que los sentimientos no lo son todo. A raíz de ahí, comenzarán los problemas y esto acabará con la muerte de Augusto.

Estamos, por lo tanto, ante dos puntos de vistas completamente diferentes: uno desde la educación tradicional donde destaca la religiosidad que tiene y otra la francesa. Larra enfrenta a las dos formas educativas :la tradicional basándose en las ideas de los ilustrados(la falsa religiosidad, la lectura de libros prohibidos y el guardar las apariencias), mientras que la educación francesa no critica a la educación sino a su superficialidad en las costumbres. A pesar de todo, Larra no toma partido por ninguna educación.

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